El plástico es una amenaza para la salud de los océanos y para la nuestra. La contaminación por microplásticos, que se filtran en todas partes, acaba incorporándose a nuestro organismo. La cultura del envoltorio y del usar y tirar nos ha llevado a una situación insostenible.
¿Es posible reducir el plástico que consumimos sin cambiar radicalmente nuestro estilo de vida? El divulgador ambiental Jose Luis Gallego responde: "sí, absolutamente" y lo detalla en su nuevo libro Plastic Detox, donde da ideas para que el residuo inventado por el hombre que ahoga nuestros mares y océanos, el plástico, salga de nuestra vida. Te contamos 10 de esas ideas que podemos aplicar en diferentes ámbitos de nuestra vida cotidiana.
1. En la compra
Bandejas de porexpan, film transparente (plástico, por supuesto) para envolver verdura, o mallas de este material para contener un puñado de piezas de fruta. Las estanterías de muchos supermercados son el escaparate donde mejor se puede ver el despilfarro de plástico al que hemos llegado. Y después, toda la compra a una bolsa también de plástico para llevarla.
Adquirir productos a granel en nuestros propios envases (reutilizables) y calcular previamente lo que nos va a ocupar la compra para llevar bolsas de tela, cajas o una cesta para transportarla después, son soluciones para eludir el plástico innecesario.
2. En la cocina
Para conservar los alimentos trata de no usar film transparente o papel de aluminio; puedes optar por envases de vidrio reutilizables para guardar la comida. Otras opciones igual de efectivas y libres de plástico son tapar lo que nos ha sobrado de comida en el plato con otro de igual tamaño (que hace de tapadera) o usar las bolsas de papel del pan para conservar piezas de fruta o verduras.
3. En el cuarto de baño
Cuando entres en tu cuarto de baño, mira a tu alrededor. Te va a sorprender ver como el plástico te rodea. Éste es el lugar de la casa donde más envases de de este material acumulamos.
Podemos comprar los productos de baño a granel (ya hay comercios que los ofrecen), pero también recuerda que la tradicional pastilla de jabón cumple la misma función que los geles líquidos.
Como norma, trata de adquirir productos que presenten menos cantidad de envasado. Y sobre todo: recuerda que el váter no es una papelera.
4. En el deporte
El fútbol es uno de los deportes con más seguidores del mundo. La afluencia a los estadios reúne a centenares de millones de personas en sus gradas cada semana. ¿Has pensado la cantidad de basura que se cumula después de un partido?
Si tu club de fútbol todavía no ha puesto en marcha un sistema de recogida selectiva dentro del campo, contacta con ellos para pedir que lo hagan. La presión de los aficionados puede animarlos a marcarle un gol al plástico.
5. En la oficina
Intenta reducir los embalajes cuando compres material, evitando ofertas del tipo "cinco al precio de uno", para evitar el despilfarro de plástico. Utiliza cartuchos de tinta de impresora y fotocopiadora que sean recargables.
Si vas a adquirir material promocional, recuerda que hay alternativas al plástico para hacer bolígrafos, carpetas o carteras.
6. En el colegio
Educar a los jóvenes en el respeto y cuidado del medio ambiente debería ser uno de los objetivos pedagógicos de nuestro sistema educativo. Pero por desgracia no es así.
Enseñarles que no debemos abusar de los envases de regalo y optar por reciclar materiales para personalizar esos envoltorios es sólo un ejemplo de cómo educar en la sostenibilidad.
7. En la habitación del bebé
Los más pequeños de la casa son los más sensibles a materiales plásticos, por eso debemos tratar de crear una habitación lo más sana y natural posible.
En lugar de materiales plásticos podemos optar por tejidos fabricados con tintes y fibras naturales, como la lana o el algodón y las maderas ecológicas (especialmente en la cuna).
También es importante que la pintura de la habitación esté aplicada con mucha antelación y usando pinturas ecológicas al agua, libres de disolventes y otros compuestos químicos perjudiciales para la salud del recién nacido.
8. En el armario
Evita cualquier prensa plastificada que tenga en su etiquetado las siglas PFC. Se trata de compuestos químicos perfluorados que se usan mucho por sus propiedades impermeables y repelentes de la suciedad, pero el coste ambiental que pagamos a cambio es demencial.
Los estudios epidemiológicos demuestran que los PFC aparecen ya en la práctica totalidad de las muestras de sangre analizadas… aunque es un compuesto que no existe en la naturaleza y que se relaciona con problemas en nuestra glándula tiroides y reproductivos.
9. En nuestro ocio
Apuesta por eventos sostenibles. Cada año se celebran en España miles de actividades que utilizan materiales de usar y tirar. Para evitarlo han nacido los eventos sostenibles, donde se usan los productos estrictamente necesarios, con materiales reutilizables o reciclables y con recogida selectiva de residuos.
10. En la naturaleza
Cuando salgas al campo lleva en tu mochila una bolsa para recoger los envases de los alimentos que utilices.
Cuando vayas a la playa recuerda que estarás en uno de los rincones más frágiles de la naturaleza, así que evita latas de bebida agrupadas con aros de plástico que se convierten en cepos invisibles para peces y aves marinas.
No uses bolsas de plástico: miles de tortugas, delfines ballenas y aves marinas mueren cada año por la ingesta accidental de estos residuos.
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Ricardo Gamaza es periodista y divulgador agroambiental.