El Departamento de Transporte de Estados Unidos ha sancionado con 50.000 euros a Delta Airlines por dos incidentes relacionados con la expulsión de tres pasajeros musulmanes de sus vuelos, al considerar que la actuación de la compañía fue "discriminatoria".
El primer caso se remonta a 2016, cuando un hombre y una mujer con un pañuelo en la cabeza fueron sacados de un vuelo entre Francia y Estados Unidos tras las quejas de una pasajera, que dijo que la pareja le había puesto "nerviosa". Una de las azafatas, además, aseguró que había visto la palabra "Alá" escrita varias veces en los mensajes de texto de su teléfono.
Tras ser bajados del avión, el personal de seguridad del aeropuerto entrevistó a la pareja y confirmó que eran ciudadanos estadounidenses que volvían de un viaje y que no representaban ninguna amenaza. El comandante del vuelo, sin embargo, se negó a permitir que embarcaran de nuevo.
El segundo incidente ocurrió pocos días después en un vuelo entre Amsterdam y Nueva York. La tripulación y los pasajeros se quejaron de otro viajero musulmán, asegurando que había mantenido contacto con otra persona de "etnia similar" que le habría entregado un paquete. El hombre fue sacado del avión, pese a que los oficiales de seguridad afirmaron que no había "nada inusual" en él y no encontraron nada alrededor de su asiento.
Ahora, el Departamento de Transporte ha considerado que estas dos actuaciones fueron "discriminatorias", y que los pasajeros podrían haber volado sin ningún problema de no ser por su "religión percibida". Además de la multa, la aerolína deberá formar a sus empleados en "sensibilidad cultural".
Delta Airlines, por su parte, ha afirmado no estár de acuerdo con la acusación de discriminación del Gobierno de Estados Unidos -asegura que se actuó en función del comportamiento de los pasajeros, no de su identidad-, aunque ha admitido que las situaciones pudieron manejarse "de forma diferente".