Se supone que internet no olvida, por mucho que ejercitemos el famoso derecho al olvido. Pero la verdad es que internet cada vez se olvida más de la cosas, de los contenidos y de las personas.
Y no estamos hablando simplemente de dejar relegadas a las últimas búsquedas de internet los contenidos más obsoletos o irrelevantes. Estamos hablando de apartar de la memoria a personas que han legado una identidad digital en la red de redes. Ya hemos visto que algunas redes sociales como Twitter pueden bloquear determinadas cuentas si la red del pajarito entiende que incumple sus términos de uso (como ha ocurrido con la cuenta de Vox). Y es que la censura en base a un algoritmo, independientemente de la idoneidad de las opiniones vertidas, siempre es un riesgo persistente frente a la libertad de expresión y, no deberían ser entidades privadas las que marquen el ritmo de lo que debe censurarse y lo que está libre de pecado.
Pero quizás más agravante puede ser la anulación de una cuenta en redes sociales de una persona que haya fallecido y que, por ende, ya no pueda expresar sus opiniones en su timeline. No es la primera vez que una red social intenta hacer limpieza de nombres de usuarios, con el fin de relegar al más allá cibernético a aquellas cuentas que no pudieran ser manifiestamente activas: a finales del año pasado Twitter anunció que el 11 de diciembre empezaría a borrar aquellas cuentas en las que no se hubiera iniciado sesión en los últimos seis meses, con el fin de liberar esos avatares de usuarios que no interactúan y dar la posibilidad a nuevos adeptos que estén más dispuestos a disfrutar de una activa vida digital de comentarios y enfurruñamientos. Esta medida se volvió tangencialmente impopular al reflejarse las críticas de muchos usuarios en cuanto a que se borrarían cuentas de personas que no pueden acceder frecuentemente a internet (misioneros, científicos o voluntarios que trabajan en zonas sin acceso a la red), que han estado ausentes por motivos de fuerza mayor (pacientes en coma) o simplemente, personas que han fallecido.
Precisamente, ante la falta de un plan de contingencia y respeto a las cuentas de los fallecidos, Twitter terminó dando marcha atrás en su proyecto de acabar con las cuentas inactivas, auspiciado ante todo por las quejas de los familiares de los difuntos quienes siguen viendo en muchas ocasiones una forma de venerar la actitud ante la vida (digital) de esas personas que ya no están con nosotros.
En Facebook ya existe una función específica para heredar u homenajear la cuenta de un difunto con sus fotos o sus interacciones en forma de eventos específicos. Sin embargo, Twitter no tiene un plan más allá de conservar las cuentas y no borrarlas frente a la ira de los que todavía están en el apogeo de sus vidas.
¿Podría ser éste un buen momento para replantearnos qué queremos hacer con nuestra herencia digital el día que ya no estemos en este mundo? ¿Vamos a querer que nuestros seres queridos sigan viendo nuestros contenidos o por el contrario vamos a desear borrar cualquier tipo de rastro? Es una cuestión que recoge nuestra Ley Orgánica de Protección de Datos y Garantía de Derechos Digitales. Y pienso que deberíamos ser nosotros quienes decidamos el destino de nuestra identidad digital. Nosotros y nadie más. Aunque Twitter le encargue a un bot el republicar de forma aleatoria, publicaciones que hicimos en el pasado. Pero siempre dejando constancia de forma evidente que se trata de la cuenta de un fallecido.
¿Os acordáis de la película de la Liga de la Justicia en la que resucitan a Superman y ya no es él, sino una versión "zombificada"? Pues así quiero yo que me recuerden en Twitter, Facebook, Instagram y en el TikiTaka de rigor cuando me convierta en un proyecto de transhumanismo para que todos mis seres queridos sepan que no soy yo, pero que puedo seguir volando muy alto y seguir dando guerra con mis poderes digitales. Aunque ya puestos, que me recuerden con el traje negro que llevaba Henry Cavill en la versión que tenía prevista el director Zack Snyder (y hablando de negro, a ver si finalmente hay peli sobre el Superman de Tierra 23 y la protagoniza Michael B. Jordan, como se especula en Hollywood). Lo sé, no puedo ser más friki.
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Jesús Acevedo es abogado y mediador.
*Michael B. Jordan podría encarnar a Calvin Ellis, una versión alternativa de Superman en el Universo DC. La imagen de encabezamiento es de Salman Artworks.