La salud es un derecho humano básico para la propia existencia y el desarrollo del individuo y de la colectividad. Sin embargo, y pese a que pocos cuestionan este axioma, durante años el debate sobre el sistema sanitario público en nuestro país, estuvo centrado exclusivamente, y de forma interesada, en vincularlo a un problema de gasto, un problema cuya única solución pasaba por recortes en su financiación y, por ende, en sus recursos, recortes que eran la clave para su sostenimiento.
Durante años, el personal de la sanidad pública, ha sido ninguneado, olvidado y sus recursos esquilmados y años de éxodo de profesionales sanitarios fuera de España. Poco a poco, se llevó a cabo una desamortización paulatina del sistema público de salud y de precarización de los profesionales,
encaminando los esfuerzos en desarrollar en paralelo un gran mercado privado de la salud, con un cuestionamiento permanente de lo público y un crecimiento del comercio internacional de servicios de salud y de las inversiones en empresas hospitalarias privadas y en compañías de seguro de salud.
Hoy, son los profesionales del sistema sanitario público, esa gente a la que aplaudimos cada tarde a las 8 en fervoroso agradecimiento por su trabajo, los que están entregados a cuidarnos y salvar vidas, más de 600.000 profesionales del Sistema Nacional de Salud, que llevan semanas trabajando intensamente, a costa de su propia salud, expuestos al riesgo diario de luchar contra una pandemia y haciéndolo con unos recursos más que limitados.
Hoy, la solidaridad y el compromiso que permite salvar vidas, garantizar nuestra salud y reducir desigualdades, es la de ellos, esa gente que me gusta, y que describe Benedetti en los últimos versos de su poema de idéntico título:
"La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.
Con gente como esa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido".
No permitamos más que el sistema sanitario público resulte cuestionado, no permitamos que la salud de todos se analice como un problema de gasto y olvide la dimensión social y de desarrollo humano que supone una población sana.
Que nuestros aplausos de hoy se traduzcan en una defensa de la sanidad pública que nos cobija, que cuidemos a los que hoy nos cuidan, a esa GENTE, profesionales que con coraje, sensibilidad, solidaridad y compromiso hoy nos cuidan.
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Olga Ruiz Legido es secretaria general de FACUA.
*La foto de encabezamiento es de Europa Press.