Por el Clima de Sevilla advierte de que el coche debe ceder espacio a formas de movilidad sostenibles

El colectivo señala que muchas de las actuaciones que sirven para contrarrestar la emergencia climática permiten también combatir la crisis del Covid-19.

Por el Clima de Sevilla advierte de que el coche debe ceder espacio a formas de movilidad sostenibles

El Movimiento de Entidades por el Clima de Sevilla (MECS), del que forma parte FACUA Sevilla, advierte de la necesidad de que el coche ceda espacio a los distintos transportes alternativos -bicicletas, VMPs, etc.-, así como a los propios peatones y al transporte público como forma de combatir la crisis ocasionada por el Covid-19.

El MECS señala que Sevilla se encuentra ante una situación de doble emergencia: la climática, declarada formalmente el pasado verano; y la sobrevenida, una terrible zoonosis en forma de pandemia mundial que, a pesar de las evidencias y avisos, ha desbordado la capacidad de reacción de la mayoría de los gobiernos del mundo.

Así, el colectivo recuerda que muchas de las actuaciones que las organizaciones sociales venían exigiendo para contrarrestar la emergencia climática resultan imprescindibles para paliar la pandemia actual, así como otras que puedan producirse en el futuro.

En otoño de 2019, el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, adquirió con el MECS el compromiso de generar encuentros periódicos con el fin de incorporar propuestas para actuar conjuntamente tras la declaración de Emergencia Climática por parte del Ayuntamiento. Desde entonces, han sido varias las reuniones y el esfuerzo invertido por el MECS con el propósito de mejorar la adaptación y mitigación de una ciudad tan amenazada por el cambio climático.

El colectivo, sin embargo, denuncia que la falta de compromiso por parte del Consistorio con la emergencia climática, así como la incapacidad de entender la importancia de adaptarse a esta nueva situación. Así, el MECS indica que dicha falta de compromiso y coordinación se evidencian, por ejemplo, en la reciente suspensión de la Mesa de Vegetación por parte del gobierno local.

El movimiento señala que la vía pública y los espacios para la movilidad saludable se han visto desbordados desde el inicio de la crisis del Covid-19 por peatones y ciclistas que compiten por un espacio en aceras insuficientes y sin las medidas mínimas para garantizar el distanciamiento físico exigido, mientras que la calzada, que sigue ocupando la mayor parte de la superficie, permanece reservada para los vehículos.

El MECS señala que durante las semanas de confinamiento el tráfico ha disminuido en torno al 70%. En el caso de Sevilla, esto ha provocado una reducción de la contaminación del 61%, además de dejar imágenes de calzadas y carreteras libres de vehículos

Paradójicamente, advierte el colectivo, la salida de esta crisis podría conllevar un aumento del uso del vehículo privado, ya que el coche ofrece una sensación de seguridad frente a los contagios. Sin embargo, esto llevaría a un aumento de la contaminación atmosférica y de las emisiones de gases de efecto invernadero y se formarían atascos sin precedentes, lo que implicaría volver a un escenario de lugares inhabitables e insostenibles.

La contaminación del aire -causada por el tráfico rodado en una proporción importante - causa centenares de muertes al año en Sevilla, principalmente por eventos vasculares agudos. Igualmente, povoca problemas respiratorios, que hacen a los ciudadanos más vulnerables a la infección por el coronavirus.

El MECS señala que, en la vuelta a lo que se ha llamado la ‘nueva normalidad’, es urgente y necesario tomar medidas que reduzcan el tráfico y devuelvan el espacio a viandantes, bicicletas, VMP (vehículos de movilidad personal) y transporte público.

En este sentido, la flota de autobuses urbana y metropolitana y las conexiones ciclistas y peatonales entre distritos y municipios del extrarradio con la capital adquieren ahora una relevancia ligada a la supervivencia. Si no se les cede mayor parte del espacio y de la inversión, los atascos, tanto en las aceras como en las avenidas y vías de entrada de tráfico rodado a la ciudad, van a seguir multiplicando las posibilidades de contagio y enfermedades.

Se abre así ahora un periodo incierto, pero también de oportunidades, en el que hay que actuar a corto y medio plazo con distintas medias como aumentar el espacio en la vía pública para los modos más sostenibles (peatones, bicicletas, patines y VMP); mantener toda la semana la actual peatonalización de once calles durante los fines de semana, estudiando incorporar nuevas calles y transformar en calle residencial todas las de plataforma única; reubicar el carril-bici de la ronda histórica en la calzada, ampliándolo y ocupando un carril de circulación e incorporando al acerado el actual carril-bici, además de estudiar estas actuaciones en todas las avenidas y puentes; y reubicar en la calzada -en zona de aparcamiento o circulación-, donde sea posible, los veladores y aparcamientos de moto que ahora mismo están sobre las aceras.

De igual forma, resulta imprescindible mejorar el transporte público para compensar su inevitable pérdida de capacidad debido a la necesaria distancia social, aumentando frecuencia y capacidad y caminando hacia un transporte metropolitano con líneas intermodales de BRT y cercanías y tarjeta única.

Así, sería necesario la puesta en uso de toda la flota de Tussam; la creación de carriles reservados y protegidos del tráfico privado bajo criterios de continuidad y conectividad, además de priorizarlos en los semáforos; la entrada de personas por todas las puertas y sistema de validación del viaje dentro del vehículo (como en el Metrocentro); el aumento de trenes y frecuencia en Cercanías -en especial en las líneas C4 (Palacio de Congresos y Sevilla Este) y C5 (Sanlúcar la Mayor y Benacazón)-; promover el transporte público saludable de uso individual,con la gratuidad de Sevici y reapertura del servicio Bus+Bici; y mejorar la información pública en tiempo real sobre opciones de transporte público, tiempos de espera y alternativas existentes, para distribuir la demanda de forma más adecuada.

Por último, priorizar la sombra verde, paralizando las talas de arbolado mientras dure la situación excepcional, de forma que sólo se mantengan las actuaciones de emergencia para garantizar la seguridad que estén debidamente justificadas.

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