Fundación FACUA

El código ético de la Fundación FACUA

Algunas claves para entender la esencia de la institución creada por FACUA para contribuir a fomentar la cooperación internacional y el consumo sostenible.

Por Paco Sánchez Legrán

Cualquier fundación puede recibir ayudas o aportaciones económicas de particulares y entidades públicas y privadas, aunque la Fundación FACUA, a la hora de desarrollar los fines o actividades que establece el artículo 7 de sus estatutos, consideró en diciembre de 2014 aprobar un código ético que impidiera aceptar ayudas económicas poco transparentes o inadecuadas para el desarrollo de sus actividades. Asimismo, dicho código instaura que la fundación nunca haría aportaciones económicas a la organización promotora de su creación en 2010, FACUA-Consumidores en Acción.

Entre los fines esenciales de la Fundación FACUA está la cooperación internacional al desarrollo, fundamentalmente en el ámbito de la protección y defensa de los consumidores y usuarios. Otro de sus objetivos consiste en la información y formación de los ciudadanos en países en vía de desarrollo o empobrecidos en su condición de consumidores y usuarios de bienes y servicios, especialmente de América Latina y el Caribe.

También, entre sus labores más destacadas se encuentran la promoción del conocimiento en todos sus ámbitos, el estudio y la investigación sobre los derechos y las obligaciones de los consumidores y usuarios, los hábitos responsables en la producción y el consumo y las relaciones en el mercado entre consumidores y operadores económicos y sobre el propio movimiento consumerista y su evolución. Para ello, la Fundación genera y desarrolla estrategias que permitan alcanzar una mayor formación, educación y concienciación social y ciudadana sobre la protección de los consumidores y el consumo responsable y sostenible.

Las actividades de la Fundación FACUA

Para alcanzar tales fines, la Fundación FACUA desarrolla, entre otras, la realización de acciones con fines de cooperación con países en vías de desarrollo mediante programas solidarios y en colaboración con organizaciones de defensa de los consumidores e instituciones tanto públicas como privadas. El objetivo consiste en favorecer el crecimiento, desarrollo e impulso de los derechos y garantías de los ciudadanos en su calidad de consumidores y usuarios.

Conjuntamente a esta actividad, la Fundación impulsa programas y actuaciones de carácter formativo y educativo dirigidas a la población en su conjunto, y en colaboración con instituciones públicas o privadas, en el marco de los fines de la Fundación y fundamentalmente dirigidas a los dirigentes y colaboradores de FACUA. Para ello, se elaboran materiales pedagógicos y se imparten cursos, charlas, seminarios y talleres de aprendizaje a través de su Escuela de Formación Consumerista que tienen como meta los fines perseguidos por la Fundación.

Asimismo, efectúa estudios y trabajos de investigación tendentes a lograr una mayor transparencia y equilibrio en el mercado de bienes y servicios y en las relaciones entre operadores, un mayor conocimiento y desarrollo del movimiento de consumidores en Europa, América Latina y el Caribe y en otros continentes, a la vez que edita la publicación de los estudios y demás materiales elaborados y relacionados con los fines de la Fundación.

La elaboración de estas actividades se desarrolla en colaboración y con el apoyo económico de FACUA y de sus organizaciones territoriales, así como de los poderes públicos, instituciones y entidades públicas y privadas.

Es precisamente en el desarrollo de las actividades antes mencionadas, y en colaboración con la Fundación FACUA, donde empresas, instituciones, entidades -con o sin ánimo de lucro-, o personas físicas pueden realizar aportaciones económicas o de cualquier otra índole, y es por ello que se consideró necesario establecer un código ético que regulase aquellos supuestos en los que la Fundación no debe aceptar aportaciones para el desarrollo de sus propios fines.

Es oportuno reseñar que la ética va más allá de las leyes vigentes; es decir, pueden existir ciertas actividades que aun siendo consideradas legales, no tienen por qué ser éticas. Por ello, el hecho de actuar conforme a la ley y a los reglamentos establecidos solo se considera como una parte del comportamiento ético.

Con dicho código se estableció un conjunto de criterios que determinan el comportamiento éticamente más adecuado de la Fundación FACUA a la hora de aceptar ayudas por parte de terceros, dotándose para ello de herramientas que permitan el desarrollo de los fines fundacionales bajo los principios de transparencia, ética y credibilidad, promocionando en todo momento los derechos humanos, laborales y medioambientales.

El Código Ético de la Fundación FACUA

El citado código establece que cualquier empresa, entidad, institución o persona física podría estar interesada en colaborar con la Fundación FACUA en la consecución de los fines de la misma y, por ello, en el Patronato de la misma, en su calidad de órgano de dirección. Bajo esa lógica, se consideró imprescindible delimitar unos criterios mínimos que siempre deben ser tenidos en cuenta a la hora de aceptar aportaciones o donaciones por parte de terceros.

Para determinar aquellos supuestos en los que la Fundación no podrá recibir aportaciones de ninguna clase por parte de terceros, se usan discernimientos impeditivos, entendiéndose como tales aquellas características, particularidades, condiciones, situaciones y escenarios que en ningún caso puedan poseer las empresas, instituciones, entidades o personas físicas interesadas en colaborar con la Fundación FACUA, sin que ninguna de las mismas se entiendan prejuzgadas por ésta.

Partiendo de estos principios, la Fundacion FACUA no podrá aceptar contribuciones de ningún tipo por parte de empresas, instituciones, entidades o personas físicas que presenten alguna de las siguientes situaciones o circunstancias:

Aquellas empresas que desarrollen actividades de forma directa o indirecta contraviniendo el denominado Pacto Mundial o "Global Compact" - presentado en 1999 en Suiza, por el entonces secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan-, por el que se hacía un llamamiento a las empresas para que hicieran suyos, apoyaran y llevaran a la práctica un conjunto de valores fundamentales en materia de derechos humanos, normas laborales, medio ambiente y lucha contra la corrupción, centrando su acción en un decálogo de principios, los denominados DIEZ PRINCIPIOS:

- Las empresas deben apoyar y respetar la protección de los derechos humanos proclamados en el ámbito internacional.

- Las empresas deben asegurarse de no ser cómplices en abusos a los derechos humanos.

- Las empresas deben respetar la libertad de asociación y el reconocimiento efectivo del derecho a la negociación colectiva.

- Las empresas deben eliminar todas las formas de trabajo forzoso u obligatorio.

- Las empresas deben abolir de forma efectiva el trabajo infantil.

- Las empresas deben eliminar la discriminación con respecto al empleo y la ocupación.

- Las empresas deben apoyar los métodos preventivos con respecto a problemas ambientales.

- Las empresas deben adoptar iniciativas para promover una mayor responsabilidad ambiental.

- Las empresas deben fomentar el desarrollo y la difusión de tecnologías inofensivas para el medio ambiente.

- Las empresas deben trabajar contra la corrupción en todas sus formas, incluyendo la extorsión y el soborno.

Tampoco aceptará ninguna ayuda económica o donación, por parte de empresas, instituciones, entidades o personas físicas que atenten y/o fomenten el maltrato animal, o que actúen al margen de la ley, o de forma contraria a la buena fe, la ética, la cohesión social y a los buenos usos.

Asimismo, no se aceptarán ayudas de aquellas empresas, instituciones, entidades o personas físicas que hayan podido entrar en conflicto grave con la asociación FACUA o con alguna de las organizaciones que la integra y que, a juicio del Patronato de la Fundación, suponga un impedimento. Tampoco se aceptarán contribuciones de aquellas empresas, instituciones, entidades o personas físicas que con su actuación o desidia vulneren o maltraten los derechos de los consumidores y usuarios.

También se establece un rechazo a aceptar donaciones de empresas condenadas por vulneración de los derechos de los consumidores y usuarios y/o de los trabajadores, así como de empresas cuya producción y funcionamiento atenten gravemente contra el consumo responsable y sostenible.

Finalmente el código ético de la Fundacion FACUA establece el rechazo a aceptar ayudas económicas de todos los partidos políticos.

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Paco Sánchez Legrán es presidente de la Fundación FACUA.

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