La democracia en nuestro país y la aprobación de la Constitución Española de 1978 inician el proceso para el establecimiento de un marco legal que garantice los derechos de las personas consumidoras y usuarias sobre el principio de que éstos son la parte más débil de las relaciones de consumo y que, por ello, los poderes públicos deben garantizar el respeto de sus derechos, la protección por medios eficaces de su seguridad y su salud y la defensa de sus intereses económicos, así como fomentar y oír a las asociaciones de consumidores como instrumentos que contribuyan a equilibrar el funcionamiento del mercado.
Ese marco legal, con base en el artículo 51 del texto constitucional, se desarrolla posteriormente sobre la idea de que el agrupamiento de los consumidores, a través de la creación y desarrollo de asociaciones fuertes y representativas, es capaz de crear las condiciones para que el colectivo organizado intervenga como un agente económico y social activo e influyente con el objetivo de equilibrar unas posiciones en el mercado que, de partida, son manifiestamente desiguales.
En ese contexto, FACUA concibe su proyecto asociativo y consumerista como una herramienta al servicio de los consumidores españoles. Una herramienta de protección y autodefensa de sus derechos sustentada en un modelo de organización que no sólo fuera independiente en relación a todos los partidos políticos, sectores económicos y gobiernos, sino que además fuera económicamente autosuficiente, transparente en su funcionamiento y abierto a acoger cientos de miles de personas en el convencimiento de que la unión hace la fuerza. El camino es lograr que decenas de miles de personas nos consideren útiles en ese objetivo, la defensa de sus derechos e intereses frente a los abusos cometidos por parte de empresas y gobiernos en materia de consumo, y que entiendan como algo necesario apoyar una organización consumerista en la que pueden integrarse con pleno conocimiento de lo que es y de lo que hace y participar activamente en ella.
De esta forma, FACUA se gesta con unas señas de identidad claramente definidas, con vocación de movimiento social comprometido con los consumidores y con la sociedad, que se involucra activamente en la realidad social y política que le toca vivir. Una asociación de base plural, con un funcionamiento democrático, participativo y transparente. Una asociación que cuenta con el respaldo y la legitimación de miles de personas que nos consideran una herramienta útil para la defensa de sus derechos e intereses y frente a las que cada año rendimos cuentas en nuestras asambleas generales y en los respectivos órganos de decisión y gobierno.
FACUA promueve y representa un modelo de organización reivindicativa, crítica e independiente de partidos políticos, poderes económicos y gobiernos y, frente a aquellas voces que intentan desacreditarnos y vincularnos con uno u otro partido político, oponemos nuestra historia y nuestras acciones a lo largo de más de 40 años de existencia que evidencian la inconsistencia de dichas “acusaciones” partidistas. Siempre hemos defendido posiciones apartidarias y hemos denunciado el clientelismo político y el económico, desde una concepción ética de nuestro papel como agente económico y social que renuncia a percibir cualquier tipo de dinero o contribución económica de empresas y sectores económicos y que asume, desde el convencimiento, la necesidad de intervenir en la política de nuestro país porque defender a los consumidores, denunciar los abusos que se producen en el mercado y exigir normas reguladoras que protejan realmente los derechos de la parte más débil de la sociedad, es hacer política.
FACUA es también una asociación de consumidores transparente, con una estructura organizativa que funciona democráticamente y que fomenta la participación de sus miles de miembros, que cuenta con un equipo directivo activo y profesionales de diferentes disciplinas que desarrollan el trabajo en los diferentes frentes de actividad, combinando el activismo y el voluntariado, en un marco de dirección y trabajo colectivo.
En estos primeros meses del año, de marzo a junio de cada ejercicio, 17 organizaciones territoriales, una federación en Andalucía y la propia asociación nacional -el conjunto de las organizaciones territoriales que conforman el proyecto confederal- se encuentran desarrollando sus procesos asamblearios, haciendo partícipes a miles de personas asociadas de las memorias de actividades, cuentas anuales del ejercicio pasado, programas de actividad y presupuesto del año en curso, sometiéndolos a su consideración y aprobación, en un ejercicio de transparencia y de rendición de cuentas ante toda nuestra base afiliativa. Tras la celebración de las asambleas y la aprobación de los documentos, se publicarán las memorias en las respectivas páginas web.
Toda la actividad desarrollada en defensa de los consumidores, la información pormenorizada sobre nuestros ingresos, cuantías y procedencia, y de nuestros gastos, la composición de los órganos de dirección, subvenciones y ayudas concedidas, reuniones y actos institucionales, consultas y reclamaciones atendidas, número de asociados con los que cerramos el ejercicio, profesionales que trabajan en el proyecto, retribuciones, etc., cuentan con publicidad activa por parte de la asociación a través del portal de transparencia de nuestra web que, además, ha sido actualizado y mejorado en este año. Somos conscientes de que aún queda mucho por hacer y que debemos seguir trabajando en la mejora del funcionamiento de FACUA y el conjunto de las organizaciones territoriales y que, para ello, la participación de nuestros socios y socias es un elemento clave en ese proceso.
Las organizaciones sociales debemos reflexionar y debatir, de forma democrática, crítica y propositiva, de los retos que tenemos por delante como organizaciones ciudadanas, sobre nuestra responsabilidad y nuestro papel en fortalecer la democracia desde una cultura de la transparencia, la rendición de cuentas y la ética de nuestro funcionamiento, ayudando a vertebrar la sociedad civil y garantizando la participación social, la voz de los débiles, en la toma de decisiones y en la configuración de las políticas públicas, y la responsabilidad es aún mayor si cabe en un contexto de avance de posiciones individualistas e insolidarias, de discursos de odio excluyentes que favorecen la desafección social y política.
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Olga Ruiz Legido es la presidenta de FACUA.