Ocio y cultura

María Sánchez Ramos: "Me preocupa el calado de la desinformación y los bulos machistas"

La docente e investigadora predoctoral FPU nos cuenta los retos de la sociedad para avanzar hacia un país más feminista o cómo se aborda desde el ámbito periodístico y universitario la desigualdad de género.

Por Imanol Beristain

María Sánchez Ramos (Sevilla, 1994) es docente e investigadora predoctoral FPU y Doctoranda en el Programa de Doctorado Interuniversitario en Comunicación de las Universidades de Sevilla, Málaga, Huelva y Cádiz (línea de Periodismo).

Es graduada en Periodismo por la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla, donde también cursó el Máster en Comunicación Institucional y Política.

Además, hizo el Máster Universitario en Profesorado de Educación Secundaria en la especialidad de Geografía e Historia por la Hispalense. Su línea de investigación aborda las violencias contra las mujeres, comunicación y feminismos.

En 2021 publicó el libro La prensa andaluza ante el caso de La Manada. Violencias sexuales y deontología periodística: aproximaciones desde la perspectiva crítica feminista.

Tu publicación sobre La Manada ha traído consigo un interesante y necesario debate. ¿Por qué te planteaste escribir un libro sobre esta temática? ¿Cómo llegas a esas conclusiones que expones?

La prensa andaluza ante el caso de La Manada surgió primero como una investigación en el marco del Trabajo Fin de Máster que hice en el Máster en Comunicación Institucional y Política de la Universidad de Sevilla. Después, lo amplié al presentarlo al VI Premio de Investigación Rosario Valpuesta y así fue como se publicó.

En 2018 vivíamos un momento de eclosión y movilización social sin precedentes del movimiento feminista tanto a nivel nacional como global. Precisamente, uno de los reclamos sustanciales de esta cuarta ola es la denuncia de las violencias sexuales contra las mujeres, situándolas como problema social de primer orden en la agenda política y mediática. Ese marco de visibilización del #MeToo -#Cuéntalo en el contexto hispano- no puede entenderse en España sin atender a la agresión sexual que cinco varones cometieron contra una chica de 18 años en los Sanfermines de 2016, popularmente conocida como La Manada de Pamplona. Agresión que, recordemos, puso sobre la mesa del debate público el consentimiento sexual y que ha propiciado la reforma de nuestro Código Penal en materia de libertades sexuales.

Es en medio de la mediatización sin límites de la agresión de La Manada donde me planteo qué papel juegan los medios en la sensibilización social y en la erradicación de las violencias contra las mujeres. La investigación realiza un análisis de contenido aplicando una herramienta de medición de la calidad ética de las noticias sobre violencia de género diseñada por la Dra. Belén Zurbano-Berenguer y por la Dra. Mar García-Gordillo. Analizamos el contexto, el enfoque, las fuentes, la terminología... Así, concluyo que el grado de calidad de la cobertura informativa de las violencias sexuales en este caso es insuficiente y que nos queda mucho margen de mejora.

Desde tu experiencia, ¿cómo crees que los medios españoles refuerzan o desmienten los estereotipos creados socialmente sobre la mujer?

Los medios reproducen, construyen y moldean los marcos imperantes en el imaginario social. Eso quiere decir que no están exentos del sexismo que en sociedad hemos interiorizado como la norma. La invisibilización, la infantilización o la cosificación hipersexualizante son dinámicas habituales que vienen a reforzar el patriarcado en sociedades formalmente igualitarias como la nuestra.

El patriarcado que no se impone por la fuerza física (patriarcado de coacción) necesita de toda una red simbólica de ideas, palabras y marcos de pensamiento que sustenten la desigualdad de poder histórica de los hombres sobre las mujeres (patriarcado de consentimiento). Por eso, los medios son una herramienta indispensable para la construcción de sociedades igualitarias y verdaderamente democráticas.

¿Cómo ves a los medios españoles en comparación con los internacionales a la hora de cubrir los asesinatos machistas o casos de violación?

No podemos olvidar que pese a todo, España es un país a la vanguardia en la conquista de derechos sociales. Eso se ha traducido en nuestro marco normativo y, poco a poco, en los medios, donde para hablar de violencias contra las mujeres ya dejamos atrás términos como violencia doméstica, violencia intrafamiliar o crimen pasional— que despolitizan e imposibilitan su erradicación al desatender la raíz estructural de esta violencia—.

La cobertura mediática de feminicidios o violaciones es siempre compleja porque en las facultades y en las redacciones tenemos aún graves carencias formativas sobre perspectiva de género. ¿De qué nos valen las declaraciones del vecindario o de familiares que nada aportan para encuadrar la violencia machista como parte de un problema estructural de violación de Derechos Humanos? ¿Dónde están las expertas? ¿Cuáles son las estadísticas oficiales y qué víctimas dejan fuera?

Afortunadamente, cada vez más periodistas e investigadoras nos preguntamos esto. Medios generalistas como El País y elDiario.es cuentan con la figura de la editora de género, con Isabel Valdés y Ana Requena al frente, para aplicar esta mirada transversal. Y medios alternativos como El Salto, La Marea y Pikara Magazine también destacan por promover una cobertura que palia la ceguera de género que por norma hemos encontrado en "la objetividad" periodística.

Desde tu punto de vista, ¿por qué a veces se ven noticias relacionadas con el físico de las deportistas en vez de con su labor como profesional?

La respuesta es clara: porque no son leídas como sujetos de pleno derecho ni profesionales del deporte. Son consideradas meros cuerpos para el uso y disfrute de la mirada masculina. Deshumanización y cosificación de manual.

¿Cómo fueron tus comienzos en el sector de la comunicación? ¿Y en el académico?

Comencé como becaria en Diario de Sevilla. Guardo muy buenos recuerdos de mi etapa en Cultura con Charo Ramos, Braulio Ortiz, Paco Camero... Lo académico vino casi sin esperarlo cuando comencé a trabajar como técnico de apoyo en un I+D+i. Ahí me planteé que el doctorado también podía ser para mí gracias a la Dra. Belén Zurbano.

¿Por qué decidiste enfocar tus aprendizajes periodísticos hacia la docencia universitaria?

La docencia siempre me ha atravesado porque me gusta comunicar y compartir con los demás. Desde que terminé la ESO empecé a impartir clases particulares, pero nunca me imaginé siendo profesora universitaria. Intento seguir aprendiendo y comunicando (desde los medios, las aulas y allá donde me dejen) para lograr una sociedad mejor, porque sin igualdad no habrá democracia.

¿Cómo se está desarrollando tu trayectoria laboral? ¿Esta oportunidad cumple las expectativas generadas durante tu formación?

El mundo de la academia es complejo y está lleno de precariedad pese al estatus social que se le pueda conferir desde fuera. Para mí, la oportunidad de hacer el doctorado con un contrato FPU -cosa que no me habría permitido ni planteado sin financiación- ha supuesto un gran reto lleno de aprendizajes que deseo revertir a la sociedad. La tesis está suponiendo un ejercicio de madurez tanto intelectual como vital que me ha abierto las puertas al mundo: Cuba, México, Puerto Rico, Estados Unidos...

¿Por qué te interesaste en la línea de investigación en la que estás especializada?

Siempre tuve esa pulsión, esa necesidad por entender el desequilibrio de poder que las mujeres obreras de mi entorno y yo misma enfrentábamos por el mero hecho de serlo, aunque en ese entonces no tuviera palabras para nombrarlo.

Nos educan para entender que ya está todo logrado en materia de igualdad y que el machismo siempre es cosa de otros (otros hombres, otros tiempos, otros lugares). Pero la violencia de género es el aquí y el ahora. Un problema social y de salud pública de dimensiones epidémicas innegable que merece toda mi dedicación.

¿Crees que las universidades son espacios seguros para las mujeres? ¿Ves al alumnado con inquietudes y predisposición para hablar de feminismo?

Cada vez tengo menos claro si es acertado el empleo del término "espacios seguros" cuando una de cada tres mujeres sufre algún tipo de violencia en el curso de su vida. ONU Mujeres nos da el contexto: 81.000 mujeres y niñas han sido asesinadas en 2021 en todo el mundo, más de la mitad a manos de sus parejas u otros familiares. Con lo cual, entendemos que las violencias machistas (ya sean físicas, sexuales o psicológicas) se extienden en todos los lugares: el hogar, el trabajo, la red y la calle. Y se perpetran por hombres de toda ideología: ya sean camareros, empresarios o catedráticos. Aun así, es cierto que hay muchas docentes que luchamos por hacer de las universidades espacios nuestros desde los que concienciar y educar en feminismos.

Con respecto al alumnado, veo inquietud y predisposición por conocer, pero al igual que en el resto de la sociedad, me preocupa el calado de la desinformación y los bulos machistas y el temor a la "cancelación", ya no en las redes sino en las aulas.

¿Qué piensas sobre la participación de la mujer en el periodismo actualmente? ¿Cree que a las periodistas se les visibiliza de igual manera que a los hombres?

En Aquelarre. La emancipación de las mujeres en la cultura de masas (2020) sostenemos que el periodismo es una profesión pseudofeminizada. Esto quiere decir que los datos muestran que las mujeres somos más en las aulas, pero ocupamos puestos de menor responsabilidad, cobramos menos y encontramos mayores dificultades de conciliación que, o bien nos hacen abandonar nuestra profesión, o bien nos impiden ascender. Además, son ellas las que suelen estar tras los temas con menor influencia social. En todo caso, sí creo que más mujeres en los medios haciendo periodismo feminista transforma los discursos, la representación y las dinámicas de trabajo.

¿Cómo aportas a visibilizar más el trabajo de las mujeres en el periodismo?

Como ciudadana, leyendo, compartiendo y valorando el trabajo de las periodistas. Una pauta básica que todo el mundo debería practicar para equilibrar la sobrerrepresentación masculina. Como docente e investigadora, estudiando la genealogía de autoras que nos preceden -Beatriz Cienfuegos, Carmen de Burgos, Concepción Arenal- y nos han llevado a donde estamos hoy.

¿Has tenido problemas al acceder a un puesto de trabajo por ser mujer?

En puestos públicos de concurrencia competitiva, como es mi caso, no he tenido problemas para acceder al empleo. Otra cuestión sería analizar qué ocurre después en la carrera investigadora donde el 49% de las tesis son leídas por mujeres y ocupamos un 43% del profesorado, pero tan sólo el 25% llegan a ser catedráticas y el 23%, rectoras.

¿Cómo es la relación con tus compañeros? ¿Te has sentido discriminada en algún momento?

Tengo la suerte de contar con compañeras excepcionales en la facultad y mantengo una relación cordial con el profesorado. Pero, por supuesto, las dinámicas de poder y violencia también están presentes en estas instituciones. Me parece muy interesante el ejercicio de investigación y denuncia periodística que desde elDiario.es se está realizando sobre acoso laboral y sexual para retratar esa faceta feudal que se vive aún hoy en la universidad pública española.

¿Qué falta en España para que haya mayor igualdad de género?

Educación con perspectiva de género, estrategia política y esperanza. Es necesario abrir debates incómodos que como sociedad nos planten un espejo delante, aunque el reflejo nos asquee.

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Los tres de… María Sánchez Ramos

Tres películas / series: Belle Époque, Relatos Salvajes y The Florida Project.

Tres programas de televisión / radio: Buenismo bien (radio), Más allá del rosa (pódcast) y El loco de la colina (TV).

Tres canciones: Se acabó (María Jiménez), Oye, esta no es manera de decir adiós (Enrique Morente) y Latinoamérica (Calle 13).

Tres libros: Revolución desde adentro (Gloria Steinem), La tiranía de mérito (Michael Sandel) y No voy a pedirle a nadie que me crea (Juan Pablo Villalobos).

Tres referentes: Maruja Torres, Gloria Steinem, y Rocío Jurado.

Tres momentos históricos: Revolución Francesa, Transición española y el hoy.

Tres lugares para visitar: Cádiz, Ciudad de México y San Juan (Puerto Rico).

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