Susan George (EE UU, 1934) lleva sobre sus espaldas una vida dedicada al activismo. Doctora en Ciencias Políticas, filósofa y analista, sigue siendo hoy, a sus 82 años, un referente de la lucha contra los abusos de las multinacionales. Amable y reflexiva, pero contundente en sus respuestas, aún dedica su vida al análisis y el estudio con vigor, tras haber trabajado junto a organizaciones como Greenpeace o diferentes agencias de las Naciones Unidas, y más recientemente, Attac -Asociación por la Tasación de las Transacciones Financieras y por la Acción Ciudadana, de la que es presidenta de honor- y el Instituto Transnacional (TNI), una organización internacional de investigación y activismo político cuyo Consejo presidió hasta finales de 2015. Reside en Francia, desde donde atiende por teléfono la entrevista de Consumerismo, en medio de un nuevo trabajo encargado por una organización de la sociedad civil que sigue acudiendo a ella para arrojar un poco de luz y pensamiento a la caótica situación actual.
Comenzaste tu trabajo como activista hace algunas décadas. ¿Cómo crees que ha cambiado el mundo desde entonces? ¿Repetimos los mismos errores una y otra vez?
Creo que el mundo ha cambiado a peor probablemente desde los años 70 cuando todo el aparato neoliberal se convirtió realmente en la ley, no sólo en Europa sino también en EE UU, donde empezó con Reagan y después con Margaret Thatcher en Gran Bretaña, pero ahora se ha extendido a toda Europa. La estrategia del neoliberalismo es tratar de romper la cohesión social para reducir los servicios públicos, para decirle a todo el mundo "estás solo, así que prepárate porque sólo tú eres tu propio salvador, es tu culpa". Las corporaciones transnacionales han tomado más y más poder y la Comisión Europea ahora gobierna, hasta donde sé, en nombre de estas grandes empresas.
En la parte positiva, hemos evitado una guerra. Vivimos en paz en el sentido de ausencia de guerra, algo que se ha logrado a base de quitar derechos a los ciudadanos, derechos por los que se ha luchado durante muchas décadas. Estamos volviendo, gradualmente, a los años 30, y las políticas de austeridad que se han impuesto en Europa con la colaboración y la presión de Alemania están creando exactamente la misma situación que se vivió en los años 30, cuando los países eran extremadamente competitivos entre ellos y se intentaba vencer a otros países en lugar de cooperar con ellos. Esto llevó a la Segunda Guerra Mundial, así que dios sabe a dónde estamos yendo ahora.
Estoy bastante triste y preocupada obviamente por la situación en EE UU con Donald Trump como presidente. Vivo en Francia, soy ciudadana francesa, pero tengo la doble nacionalidad, y voté en contra de Trump incluso aunque no me gusta Hillary [Clinton]. En Francia hay elecciones en abril y mayo y está claro ahora, en esta misma mañana, que la izquierda no va a acudir unida, así que probablemente tendremos que elegir entre el Frente Nacional y este joven candidato que las corporaciones aman, que ha sido un banquero en Rostchild durante diez años antes de entrar en el Gobierno de Hollande y que se llama Emmanuel Macron. Estas van a ser probablemente las opciones aquí, así que no estoy demasiado contenta políticamente, qué puedo decirte.
Lo que llama la atención es que después de muchos años de gobierno neoliberal en Europa, así como en Francia y en otros países, los ciudadanos en lugar de girar hacia la izquierda se están enfocando hacia la extrema derecha. ¿Qué parte de responsabilidad tienen de esta situación los partidos de izquierda?
Las fuerzas populistas están girando hacia la derecha. Afortunadamente en España están evitando algo de esto gracias a la existencia de Podemos, aunque sé que su Congreso ha causado una gran decepción en la gente y seguramente perderán votos con esta estúpida batalla entre Pablo y Errejón. Van a perder muchos votos, pero esta situación es el resultado de los egos masculinos en la política, como siempre. Los hombres siempre tienen que ganar y tienen que ganarse unos a otros, parecen elefantes. Pero en el resto de Europa, los partidos populistas están ganando muchos apoyos, ha habido una ruptura social. Le Monde publicaba hace unos días cómo el voto del Frente Nacional está prácticamente conformado únicamente por obreros y trabajadores de baja cualificación que solían votar por los socialistas y los comunistas. Los llamados socialistas han dejado de comportarse como socialistas, el partido socialista en Francia no es más socialista que mi perro, ya sabes, y llevan cinco años sin hacer nada por la gente y dándoselo todo a las grandes corporaciones, así que entiendo que la gente que no tiene demasiada formación piense "bueno, lo hemos intentado todo: hemos votado a los socialistas, a los comunistas y no han hecho nada, así que veamos qué hace el Frente Nacional, que comunica muy bien en sus campañas". No les culpo, creo que es una vergüenza y creo que la izquierda ha perdido una gran oportunidad, pero no puedo culpar a la gente que va a votar al Frente Nacional porque han sido traicionados.
Hay algunos autores, como Owen Jones en Gran Bretaña, que opinan que esto tiene que ver en parte con que los obreros han perdido la conciencia de clase… ¿Qué piensas sobre esto?
Creo que la clase obrera siempre ha sabido que es clase obrera, pero veo esto como un problema fundamentalmente de la clase media, especialmente en EE UU. Creen que se van a hundir en el orden social, que están siendo barridos y que están perdiendo su relevancia como clase media. Creo que este es el problema más relevante. La clase trabajadora siempre ha sido clase trabajadora, y en cualquier caso, hoy es diferente a la que definió Marx, no estamos en el siglo XIX ya, y puede ser una clase obrera con muchas habilidades diferentes, pero la clase media con trabajos de un nivel mínimo está sintiendo realmente que están siendo desclasados.

Eres la presidenta de honor de Attac, que comenzó como un movimiento activista que defendía la Tasa Tobin.
Sí, pero hace muchas otras cosas aparte de esto…
Justo sobre esto va la pregunta. Después de 20 años de lucha, es obvio que sigue haciendo falta reclamar una Tasa Tobin, una tasa sobre los movimientos financieros que palie la especulación y se transforme en economía real para la ciudadanía, pero no sé si hay otras medidas urgentes por las que estás peleando con esta organización…
Attac tiene ahora una comisión ecológica y social muy vigorosa y la organización al completo cree que debemos parar el cambio climático. Esto ocupa todo nuestro trabajo. También seguimos trabajando para ver qué se puede hacer para poner las finanzas bajo control. No somos una organización política, no apoyamos ningún partido político en particular, pero hay un debate ahora dentro de la organización, porque el candidato socialista que ganó las primarias en Francia (Benoît Hamon), que es quien está más a la izquierda en el partido socialista, está forjando una alianza con los ecologistas. Algunas personas dentro de Attac creen que deberíamos apoyar esto y otras personas creen que no, que lo que se está llamando extrema izquierda no es en realidad tan extrema. Yo creo que es el mejor candidato para ganar las elecciones generales en Francia, en cualquier caso, voté por él en las primarias, pero en Attac tenemos perspectivas diferentes y por esto tenemos debates. Sin embargo, todo el mundo está de acuerdo en luchar contra el cambio climático, todo el mundo está de acuerdo en priorizar la ecología y apostar por las energías renovables y cambiar la economía para orientarla hacia este modelo.
También hemos continuado nuestra campaña sobre las finanzas mucho más allá de la Tasa Tobin y hemos sido extremadamente activos en Francia y probablemente la organización principal junto a Amigos de la Tierra en este país contra el TTIP. Así que creo que estamos en la línea correcta.
Yo soy la presidenta honoraria ahora, y esto significa que haces lo que te piden que hagas pero no interfieres en la dirección de la organización. Creo que la gente más joven está haciendo un gran trabajo y les apoyo completamente. Yo salgo y me muestro cuando se supone que debo hacerlo y este se supone que es mi papel como presidenta honorífica.
Lo mismo ocurre con TNI (Transnational Institute). No tengo un puesto oficial, fui presidenta del Consejo pero lo dejé en noviembre de 2015, así que no tengo un papel político activo.
Ahora mismo estoy escribiendo un artículo para la Fundación Rosa Luxemburgo en Alemania y como sabes voy a España muy a menudo, a Barcelona voy a ir a pronto a un debate sobre la privatización del agua. Así que me mantengo activa, pero no soy un actor político.
Sobre el trabajo sobre el CETA y el TTIP, viendo el estado actual de las cosas, con el Europarlamento votando a favor del CETA, ¿qué podríamos esperar para el futuro próximo?
Por supuesto creo que el CETA es un paso atrás, pero esto es Europa, y Europa está gobernada en nombre de las corporaciones transnacionales y probablemente no nos ha dado tiempo de informar a la ciudadanía lo suficientemente en contra del CETA, aunque formó parte de la campaña contra el TTIP, siempre fue TTIP Y CETA, pero no le prestamos la misma atención al CETA que al TTIP. Así que ahora la Comisión Europea ha propuesto este sistema de arbitraje de inversores multilaterales, ¿has leído sobre él? Es muy nuevo, y quieren imponerlo, dando privilegios a los inversores extranjeros de las grandes corporaciones, lo que es escandaloso, porque no hay ninguna razón para darle estos privilegios a los inversores extranjeros sobre los inversores locales, o sobre la ciudadanía local, y darle una especie de juzgado que está separado del sistema judicial, para poder acceder a un sistema rápido de justicia, más rápido que la justicia ordinaria, sin seguir los pasos que la ciudadanía y las empresas locales están obligadas a seguir en el sistema judicial. Uno de los principios de la ley es que tienes que agotar todas las vías locales antes de acudir a los tribunales supremos, y este nuevo sistema pretende saltarse eso. Esto no es justicia, esto es romper un sistema legal que ha tomado varios cientos de años construir y desarrollar. Es horrible. Y lo que dice la Comisión Europea es que si es bueno para las corporaciones transnacionales, lo quieren. Así que tenemos que informar a la ciudadanía sobre esto.
También tengo que decir que cuando yo empecé como activista la política era muy sencilla, podías decir "¡EE UU, sal de Vietnam!" y la gente entendía de qué estabas hablando aunque no estuvieran de acuerdo. Y ahora tienes que dedicar quince minutos a explicar qué es el CETA, qué es el TTIP, el ISDS, cómo es el sistema judicial, cuál es la agenda de las grandes corporaciones, etc, etc. El sistema se ha ido complicando y esta es la razón por la que estamos perdiendo, necesitamos gente que pueda explicar estas cosas a cualquier tipo de audiencia, porque llegamos a la clase media muy bien pero no llegamos a la clase obrera.

En relación al TTIP, parece que Trump quiere pararlo, pero la alternativa podría ser peor… ¿Qué opina sobre la postura del nuevo presidente estadounidense?
Creo que el TTIP volverá de alguna manera. Es cierto que Trump ha dicho que no al TPP (tratado de libre comercio) con Asia. Es verdad que está diciendo también que quiere renegociar el Nafta y que está humillando a México, pero esto no quiere decir que el TTIP no volverá, porque esto es algo que las corporaciones realmente quieren, lo han estado trabajando desde 1995, y las corporaciones estadounidenses están de acuerdo con las europeas, así que van a presionar duramente y volverá de alguna manera. Por esto trato de explicarle a la gente que no deberíamos decir que hemos ganado y que ha acabado porque no creo que esté necesariamente acabado, porque aunque Trump es completamente impredecible, como todo el mundo sabe, creo que la fuerza de los deseos de las grandes empresas traerán de vuelta el TTIP de alguna manera. No exactamente el mismo que se ha negociado, pero probablemente para el sistema de justicia, etc sí volverá.
Hace algunos años decías que España era un laboratorio para probar las medidas de austeridad y ver hasta dónde era capaz de aguantar la ciudadanía. ¿Cree que la frase sigue siendo válida hoy?
Bueno, realmente creo que es Grecia, Grecia es el laboratorio. España también es un laboratorio, pero las cosas han mejorado porque su deuda era muy inferior a la griega. España lo fue al principio, pero ha habido alguna mejora, aunque por supuesto el desempleo entre la gente joven y muchas, muchas otras cuestiones están yendo mal en España. Realmente no puedo juzgar la situación, porque tienes que vivir en un lugar para sentir lo que está viviendo la gente realmente y el desempleo en España sigue siendo demasiado alto…
La austeridad me hace enfadar muchísimo, es una política completamente estúpida. Me hicieron una entrevista en España hace alrededor de seis meses, no recuerdo qué periódico era, pero recuerdo que la periodista me dijo "pero las políticas de austeridad no funcionan" y le respondí: "siento decirte que estás completamente equivocada", porque funcionan perfectamente bien. Es justamente lo que están intentando hacer, asegurarse de que están reforzando la desigualdad, crearla entregando a las empresas lo que ellas quieren, y así generan una sociedad más desigual y más dividida. Desde el principio no les importa absolutamente nada la cohesión social, así que las políticas neoliberales son un experimento, pero un experimento que continúa en el tiempo porque está alcanzando el objetivo de la gente que las puso en marcha, así que todo el mundo es ahora una rata de laboratorio.
Desde tu perspectiva, has mencionado el cambio climático en la entrevista, no sé si consideras que este es el mayor desafío que estamos enfrentando actualmente, o deberíamos estar pendientes de otros asuntos urgentes…
Sí, para mí el cambio climático es la mayor prioridad, al menos lo menciono en todo lo que escribo sobre cualquier otro asunto. Por ejemplo, la Fundación Rosa Luxemburgo en Alemania me ha pedido que escriba sobre la muerte del capitalismo o algo parecido y uno de mis argumentos es que el capitalismo quizás pueda absorber las contradicciones del mercado laboral o la explotación de los trabajadores, pero no puede superar las contradicciones con el medio ambiente, porque no puedes debatir las leyes, no puedes cambiar las leyes de la física, la química y la biología, si lo intentas, vas a perder. Quizás el capitalismo vaya a morir, pero nos va a llevar a todos por delante si lo hace, porque nos verá desafiar las leyes de la naturaleza.
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Ángeles Castellano es periodista y miembro del equipo de redacción de Consumerismo.
*La foto del encabezamiento es de Álvaro Minguito (Attac).