Etiquetado de productos alimentarios
El grado de exigencia de los consumidores respecto a los productos alimentarios ha ido aumentando y diversificándose en virtud del incremento de la información disponible y ante la oferta de cada vez más productos.
Al mismo tiempo, la demanda de productos con calidad probada y certificada es una tendencia que también se observa de forma creciente en los mercados. La información relativa a la composición, los procesos de fabricación y manipulación de los alimentos debe ser clara y precisa y no inducir a error al consumidor.
Al consumidor, a la hora de realizar las compras, cada vez le interesa más conocer aspectos sobre la naturaleza del producto, su origen o lugar de producción, métodos de producción y transformación, y afectación que se ha podido producir en el medio ambiente, y quiere informarse de todo esto en las etiquetas de los productos. Todo ello sin olvidar los datos mínimos, establecidos legalmente, que deben aparecer en todas las etiquetas de los alimentos que se consumen.
Este mayor interés o preocupación por las etiquetas se ha podido intensificar en los últimos años como consecuencia de una mayor entrada de productos en España procedentes de otros países que no siempre cumplen la normativa vigente, en relación a la obligación de informar en su etiquetado en castellano.
Junto con este hecho, también existe una preocupación creciente entre una parte de los consumidores en relación a la existencia en el mercado de productos manipulados genéticamente o que en su composición incorporen productos que sufrieron dicha modificación genética.
El derecho a la información es uno de los derechos básicos del consumidor y para que este derecho sea cumplido, dicha información debe ser eficaz, veraz, suficiente sobre sus características esenciales y no inducir a error al consumidor.
Junto al derecho a la información, y vinculado en buena medida al mismo, los consumidores también tienen derecho a una alimentación sana, variada y de calidad. Por ello, cualquier información relativa a la composición, los procesos de fabricación y la manipulación de los alimentos debe ser clara y precisa.
De acuerdo a ello, y para garantizar dichos derechos, el Real Decreto 1334/1999, de 31 de julio, que aprueba la norma general de etiquetado, presentación y publicidad de los productos alimenticios, define en su artículo 5 aquellas indicaciones obligatorias que deben figurar en el etiquetado de los productos alimenticios.
Dedicar unos minutos a leer la etiqueta de los alimentos es una tarea necesaria que todos los consumidores deberían convertir en un hábito.