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Luis Melgar: "El tesoro de Tutankamón no es más que una muestra mínima de la opulencia de los faraones"

El diplomático de la delegación de la Unión Europea en Pekín profundiza en su novela 'La conjura del Valle de los Reyes' en los misterios que giran en torno al descubrimiento de la tumba del faraón niño.

Por David Ávila Gómez

Luis Melgar, (Madrid, 1980) es licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universidad Complutense de Madrid y máster en Gestión Cultural por la Universitat Oberta de Catalunya.

En la actualidad forma parte del Servicio Europeo de Acción Exterior como consejero de Derechos Humanos en la Delegación de la Unión Europea en Pekín. Anteriormente ha trabajado para las embajadas de España en Egipto, Guinea Ecuatorial, Venezuela y China. Melgar compagina su carrera diplomática con la de escritor. Alma inquieta y viajera, canaliza sus vivencias y su imaginación a través de la escritura.

Apasionado de la antigua civilización egipcia, acaba de publicar el libro La conjura del Valle de los Reyes coincidiendo con el primer centenario del descubrimiento de la tumba de Tukankamón.

Antes de emprender un viaje en el tiempo al antiguo Egipto, ¿quién es Luis Melgar y por qué vive a 10.000 kilómetros de su casa?

Empezamos con una pregunta casi de diván de psicoanalista, ¿quién soy? ¡Ojalá lo supiera! Sí puedo decirte que Luis Melgar es un viajero, un enamorado de conocer culturas y sociedades diferentes. Esto lo hago de dos formas: viajando físicamente, por mi trabajo o en mi tiempo de ocio, o con mi imaginación, por medio de los libros.

Por eso siempre he tenido la doble vocación de ser diplomático y escritor, y por eso vivo a 10.000 kilómetros de mi casa. Tengo la suerte, además, de que una profesión alimenta a la otra, porque mis experiencias como diplomático excitan mi imaginación, y las historias que sueño me ayudan a creer en un mundo mejor que el que tenemos.

Por tu trabajo como diplomático has vivido y viajado por buena parte del mundo. La mayoría de la gente desconoce las funciones de una figura como la tuya. ¿Cómo es el trabajo en una embajada?

El trabajo en una embajada es enormemente variado, pero tiene dos vertientes fundamentales: la atención a los españoles, que es lo que se hace en los consulados, y el trato con las autoridades del país en el que te encuentras.

En mis destinos en Egipto, Guinea Ecuatorial, Venezuela y China he hecho casi de todo: visitar monjas españolas en medio de la selva, promocionar la industria española del libro, dirigir un centro cultural, participar como observador en diálogos de transición democrática, sacar a ciudadanos españoles de la cárcel… hay momentos más vistosos que otros, como cuando recibimos al ex presidente Rajoy en Malabo, pero en mi opinión son los más cotidianos los que más importancia tienen, como cuando puedes hacer algo para ayudar a una persona concreta, ya sea un español en apuros o un activista de derechos humanos que lucha contra la opresión.

Ahora me he incorporado temporalmente al Servicio Europeo de Acción Exterior como consejero de derechos humanos en la Delegación de la Unión Europea en Pekín. Llevo poco más de dos meses, pero tengo que decir que estoy muy ilusionado con esta nueva responsabilidad.

China va camino de convertirse en la primera potencia mundial, si no lo es ya. ¿Cómo es la relación actual entre España y China? ¿Va más allá de lo meramente comercial?

En 2019, un documento de la Comisión Europea definió a China como "un socio con el negociar, un competidor económico y un rival sistémico". Creo que las relaciones entre España y China se enmarcan en ese mismo paradigma.

Compartimos intereses comunes en ámbitos como el medio ambiente o la cultura, y también tenemos intensos lazos económicos y comerciales marcados tanto por la sana competencia como por la cooperación mutua. No obstante, es indudable que ambos países representan sistemas políticos, sociales y económicos muy diferentes.

¿Cuáles son los objetivos y líneas de actuación que se marca España, a corto y medio plazo, en sus relaciones con este país?

Insisto, creo que las relaciones de España con China hay que entenderlas en el marco más amplio de la Unión Europea. Como retos a corto plazo tenemos a aprobación al acuerdo recíproco de inversiones, la reanudación del diálogo sobre derechos humanos, lograr un mayor equilibrio de la balanza comercial… pero oye, ¡yo he venido aquí a hablar de mi libro!

En efecto, del territorio que un día ocupó el imperio chino nos vamos al antiguo Egipto. Este año has publicado el libro ‘La conjura del Valle de los Reyes’. ¿Cuándo empezó tu interés por la Egiptología y por todo lo relacionado con esta antigua civilización?

Mi pasión por Egipto empezó cuando era muy pequeño, tanto que ni siquiera me acuerdo de cuántos años tenía exactamente. Me acuerdo de jugar a momificar a las avispas que encontraba muertas, y las enterraba con todos los honores faraónicos.

Descubrí pronto la figura de Howard Carter, el descubridor de la tumba de Tutankamón, que me parecía un héroe digno de Indiana Jones – aunque, para ser sincero, su personalidad no podía estar más alejada…-. Años después tuve la suerte de que mi primer destino como joven diplomático en prácticas fue, precisamente, El Cairo. Fue como un sueño hecho realidad. Allí imaginé un millón de historias ambientadas en Egipto que espero tener la oportunidad de contar, poco a poco.

El pasado 4 de noviembre se cumplió un siglo del descubrimiento de la tumba de Tutankamón. Tu novela gira en torno a este acontecimiento histórico considerado por muchos uno de los grandes descubrimientos arqueológicos de la historia. ¿Por qué suscita tanto interés todo lo relacionado con el faraón niño?

El misterio que rodea a Tutankamón viene de que su tumba ha sido la única intacta (o casi intacta) que se ha encontrado hasta la fecha, inalterada desde que los antiguos sacerdotes egipcios la sellaron hace más de tres mil años. Para Howard Carter y Lady Evelyn, su compañera y la coprotagonista de esta novela, entrar allí fue como hacer un viaje en el tiempo.

La prensa mundial se volvió loca con el descubrimiento, comenzaron a circular rumores sobre maldiciones y antiguos espíritus. Todo esto hizo que un faraón que, en términos históricos, no tuvo demasiada importancia, se convirtiera en un auténtico fenómeno mediático que se mantiene cien años después.

En tu libro hablas sobre la maldición de Tutankamón. Además de la de lord Carnarvon, el mecenas que financió la excavación de la tumba, fueron varias las muertes que se produjeron los meses posteriores al hallazgo de personas que de algún u otro modo habían tenido una cierta vinculación con este descubrimiento. ¿Qué hay de cierto en esta antigua creencia?

Creo firmemente que hubo algo extraño en la muerte de lord Carnarvon, y a partir de ese momento se produjo un fenómeno mediático que podría considerarse como uno de los primeros episodios de fake news de la historia contemporánea. Desde que la maldición saltó a la prensa, cualquier persona que falleciera y hubiera pasado aunque fuese de visita por la tumba, se consideraba víctima del faraón.

Pero seamos sinceros: si alguien hubiera tenido que morir a causa de la maldición, ese hubiera sido el propio Carter, que falleció de causas naturales muchos años más tarde. Creo que hubo una maldición, sí, aunque no tuvo nada de paranormal… pero creo que tendrás que leer mi libro para enterarte de mi teoría.

El pasado mes de octubre visité personalmente la tumba de Tutankamón durante un viaje que hice a Egipto. La de este faraón no es ni la tumba más grande, ni la más bonita, ni mucho menos la más espectacular de todas las que se pueden visitar en el Valle de los Reyes. Sin embargo estamos, con diferencia, ante el faraón más famoso de todos. ¿Por qué?

Como te decía, su tumba ha sido la única en descubrirse intacta, con todos sus tesoros en el interior. Si un faraón menor que murió siendo casi un niño tuvo un entierro tan fabuloso, ¿te imaginarías como sería la tumba de Ramsés II, antes de que los saqueadores acabaran con ella?

Por otro lado, el descubrimiento se produjo en un momento político muy complejo, en el que Egipto acababa de obtener su independencia del Reino Unido y en el que se estaba fraguando un nuevo orden mundial que al fin llevaría a la Segunda Guerra Mundial.

Gracias a descubrimientos científicos como el telégrafo o el teléfono, se estaba formando por primera vez una opinión pública mundial. Todo esto contribuyó a que Tutankamón se convirtiera en un ídolo de masas. Creo que él mismo hubiera estado muy sorprendido su supiera que hoy su fama iguala a la de los constructores de las pirámides o a la de grandes guerreros como Tutmosis o Ramsés.

Para muchos egipcios, Howard Carter no fue más que un saqueador. En Reino Unido, sin embargo, es toda una eminencia. ¿Quién fue realmente este egiptólogo que, tras cinco años de excavaciones sin éxito, dio finalmente con la tumba de Tutankamón?

Ningún ser humano puede definirse en blanco y negro y Carter, desde luego, era un hombre muy complejo. Hay indicios de que padecía un trastorno del espectro autista, tenía grandes problemas para relacionarse y un mal carácter muy acusado.

Por otro lado, tenía una capacidad de concentración y un tesón realmente dignos de admiración. Luchó contra viento y marea, enfrentándose a la opinión de los "sabios" de la época, para encontrar la tumba de Tutankamón, ¡y lo consiguió! Carter vivió, además, en un momento en que la arqueología cambiaba de paradigma. Hasta ese momento, se consideraba legítimo que los descubridores de restos arqueológicos se quedaran con los tesoros o al menos con una parte de ellos. El de Carter es el primer caso en que el 99% de las piezas descubiertas permanecieron en Egipto.

El ajuar funerario encontrado en la tumba estaba compuesto por más de 5.000 piezas, la mayoría de ellas de oro. ¿Cómo se explica este gran tesoro para un faraón que murió con 19 años, y que apenas estuvo diez años en el trono cuando era sólo un niño?

Lo que te digo: ¡imagínate cómo sería la tumba de Ramsés II! El Antiguo Egipto era una civilización muy rica, con intensas relaciones comerciales con las culturas cercanas que le daba acceso a todo tipo de productos. Las élites egipcias vivían rodeadas del mayor de los lujos. El tesoro de Tutankamón no es más que una muestra mínima de la opulencia de los faraones.

Los investigadores apuntan a que la temprana muerte de Tutankamón pudo deberse a una serie de enfermedades que pudieron estar relacionadas con la endogamia, algo bastante habitual en aquella época. Hoy día se sabe que el faraón niño tenía labio leporino y deformaciones en los pies. ¿Se descarta definitivamente la hipótesis de que pudiese haber sido asesinado?

La ciencia ha avanzado mucho y, como la momia de Tutankamón se ha conservado casi a la perfección, ha sido posible hacerle todo tipo de estudios médicos, incluidos análisis de ADN.

Está descartado casi al 100% que su muerte fuera violenta. Aunque es cierto que padecía varias malformaciones congénitas, parece probable que la causa de su muerte fuese la malaria, una enfermedad que aún existe y que por cierto pasamos mi marido Pablo y yo en África, con mejor suerte que el pobre Tutankamón.

Se habla mucho de Howard Carter y de lord Carnarvon, pero en el hallazgo de la tumba de Tutankamón también jugó un papel importante Lady Evelyn. ¿Quién fue esta mujer y por qué juega un papel principal en tu libro?

Lady Evelyn era la hija de lord Carnarvon, amiga durante años de Howard Carter, del cual seguramente estuvo enamorada. Lady Evelyn acompañaba a su padre en la mayoría de sus viajes a Egipto, tenía una mente ágil y curiosa y fue de las primeras personas en entrar en la tumba de Tutankamón. De hecho, fue la primera en entrar en la cámara funeraria: aprovechando que era la más pequeña del grupo, se introdujo por un túnel estrechísimo y acabó frente al sarcófago. Era una auténtica aventurera, una valiente, una mujer admirable.

El tesón y la insistencia de Howard Carter durante años le permitió dar finalmente con una tumba que llevaba sellada más de 3.000 años. ¿Crees que todavía puede deparar más sorpresas el Valle de los Reyes?

Aún hay faraones en las listas cuyas tumbas no se han encontrado, así que todo es posible, aunque reconozco que la posibilidad es bastante remota. El Valle de los Reyes parece un colador, no queda un centímetro cuadrado por excavar. Pero hay personajes muy notables cuyas tumbas siguen sin aparecer: Nefertiti, por ejemplo. Como te decía al principio, soy un soñador, así que aún espero que se haga algún descubrimiento digno de Howard Carter.

Se habla de que se tardó poco más de 20 años en construir la gran pirámide de Guiza, la única maravilla del mundo antiguo que todavía sigue en pie. Nosotros, en cambio, vivimos en una época donde manda la inmediatez y todo es efímero. ¿Qué tenía la antigua civilización egipcia que nos falta a nosotros en pleno siglo XXI pese a todos los avances que tenemos?

El Antiguo Egipto ha sido una de las civilizaciones más longevas de la historia. Piensa que transcurrió más tiempo desde la construcción de las pirámides hasta el nacimiento de Cleopatra, que desde Cleopatra hasta nosotros.

Los antiguos egipcios vivían para la eternidad, no para el presente. Apenas nos han llegado restos de las ciudades, de las casas… hasta los palacios reales estaban construidos de adobe, y no han sobrevivido al paso de los siglos.

Los templos y los monumentos funerarios, sin embargo, estaban diseñados para la eternidad. Al contrario que la suya, nuestra civilización rinde culto a lo efímero. Un antiguo egipcio orientaba su existencia a la vida en el Más Allá. Hoy, somos capaces de sacrificarlo todo por un segundo de fama en Instagram. No puede haber dos formas más diferentes de concebir el tiempo.

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Los tres de....Luis Melgar

Tres películas / series: La historia interminable, Friends y The Crown.

Tres programas de televisión / radio: El Un, dos, tres; La bola de cristal y Rupaul´s Drag Race (incluida la versión española).

Tres canciones: Heaven is a place on Earth (Belinda Carlisle), Somewhere over the rainbow (Judy Garland) y Cruz de Navajas (Mecano).

Tres libros: A sangre fría (Truman Capote), El juego de Ender (Orson Scott Card), El muchacho persa (Mary Renault).

Tres referentes: La reina Hatshepsut, Platón y Stormé DeLarverie (que inició la revuelta de Stonewall).

Tres momentos históricos: La revolución de Amarna en el Antiguo Egipto, la República Romana de los tiempos de Mario y Sila, y la época victoriana en Inglaterra.

Tres lugares para visitar: Las pirámides de Egipto, Machu Picchu y Stonehenge.

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David Ávila es periodista y miembro del equipo de redacción de Consumerismo.

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