Tras la
última denuncia de FACUA-Consumidores en Acción, Auramail ha clausurado el teléfono y las webs desde los que tramitaba los pedidos de sus
productos milagro seudoadelgazantes para España.
La línea 902 242 152, que funcionaba las 24 horas, ha dejado de estar operativa, como también las webs en español de productos como Keikoslim, el último que lanzó al mercado, comercializado no sólo en España -con envíos desde un apartado de correos de Badajoz-, sino también en países como Alemania, Austria, Bélgica, Francia, Italia, Portugal, República Checa y Suiza. De hecho, la trama se extiende por Europa, América, Asia y Oceanía.
FACUA cree que el entramado internacional volverá a operar en España con otro nombre y nuevos productos. Los análisis realizados por la asociación sobre dos de los cuatro que comercializaba en los últimos tiempos, Detoxykall y Tropexlight, detectaron altas y peligrosas concentraciones de hormonas tiroideas y sexuales.
Así, al comercializar fármacos no autorizados, las irregularidades van mucho más allá de un fraude publicitario, con anuncios en diarios y revistas en los que se utilizan reclamos como
"en sólo 6 semanas adelgacé 19 kilos, aunque seguía comiendo todo lo que me apetecía",
"para perder hasta 1,4 kilos al día" y
"después nunca más volverá a engordar".
A la espera de respuesta del Ministerio de Sanidad y Consumo
FACUA está a la espera de respuesta a la última denuncia presentada contra este entramado ante las autoridades competentes. La asociación, que viene denunciándolo desde 2002, remitió el pasado 22 de abril un amplio informe sobre sus irregularidades a la subsecretaria de Sanidad y Consumo y presidenta de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps),
Consuelo Sánchez Naranjo.
Asimismo, FACUA lleva desde 2006 colaborando con la Guardia Civil en una investigación sobre el fraude de los
productos milagro. A mediados de 2007, la organización aportó al Grupo de Medio Ambiente y Consumo de la UCO los análisis efectuados sobre los productos de Auramail y otra trama, Nutra Life, que fue demantelada hace unos meses. El caso está en manos del Juzgado de Instrucción número 1 de Badajoz.
Auramail, Biolife, Efea...
Para sus ventas en España y Portugal, la trama venía operando en los últimos tiempos bajo la denominación Auramail, aunque anteriormente había usado otras muchas denominaciones. En Alemania y Austria utiliza el nombre Biolife. En Suiza, otro de los muchos países donde comercializa los adelgazantes fraudulentos, se presenta como Efea.
FACUA ha constatado que este entramado viene utilizando al menos diecisiete denominaciones en función de los productos anunciados y los países donde los comercialice: Auramail, Biolife, Efea, Kirkwood Advertising, Elyseum Group, Green Mail, Geneva Bioscience, Forma&Planta, Nutri-Group, Instituto Soluba, Fundamental Laboratories, Labo Real Center, Institut Marc Meyer, Instituto Moldena, BeautyLine, Instituto Equiba y Trimbia Institute.
En los últimos días, FACUA ha localizado otros cinco
productos milagro vendidos en distintos países por esta red, Biokoline, Drenaflash, Puri-ligne, RH6 y Sveltyll. Se suman a una larga lista, que la asociación dio a conocer a finales de abril, en la que ha contabilizado ya veintiséis seudoadelgazantes: junto a los mencionados, Algoxyll 500, Basolab, Cinialb, CIR 2000, Destilado de 19 plantas, Detoxykall, Ephidril 600, EPH200, Equiba, Herbaxoll, Keikoslim, KIK 2000, Moldena, OK-Slim, Osyba, Removyl, SlimBall, Soluba, Trimbia, Tropexlight y Xylokall 900.
La Administración actúa con lentitud y sin eficacia
Tras las primeras denuncias de FACUA, la Aemps llegó a ordenar las retiradas de tres productos en septiembre de 2002, junio de 2003 y marzo de 2004 (Algoxyll 500, Xylokall 900 y Removyl) al constatar que eran fármacos. Pero las retiradas nunca se hicieron efectivas, en primer lugar porque no se localizó un lugar donde se almacenasen los productos en España, y en segundo por la ausencia de una coordinación eficaz entre las autoridades españolas y de otros países donde opera la trama.
Pero FACUA critica que las administraciones de Salud y Consumo de los gobiernos central y autonómico ni siquiera suelen garantizar la retirada de los anuncios de
productos milagro de los medios de comunicación, los cuales tampoco son sancionados por insertarlos. Además, las escasas multas que se aplican llegan meses o años después de las denuncias y son tan ridículas que ni siquiera preocupan a las empresas, que como mucho cambian sus nombres o los de los productos.