Estados Unidos ha impuesto a la farmaceútica GlaxoSmithKline (GSK) una multa de 750 millones de dólares (540 millones de euros) por haber puesto en distribución en el mercado durante varios años medicamentos adulterados, según publica en sus páginas el diario El País.
La sanción ha sido aplicada gracias a la denuncia de una de las empleadas de la compañía, quien percibirá unos 70 millones de euros, a modo de indemnización, del total de la multa, que supone la cuarta mayor cifra de la historia que se obliga a abonar a una empresa.
Un 'chivato' de la empresa
Cheryl Eckard, empleada dedicada a supervisar la calidad de los productos de Glaxo, denunció a la compañía tras una visita a la planta ubicada en Puerto Rico por temer por la seguridad de los pacientes que podrían consumir los medicamentos. Poco tiempo después fue despedida.
GSK anunció el pasado mes de julio un principio de acuerdo con las autoridades federales estadounidenses, anticipando a los inversores que iba a aportar casi 1.000 millones de dólares para cubrir los gastos del proceso judicial. Sin embargo, ahora admite por primera vez que es responsable de las deficiencias en la producción.
De la planta de Cidra, cerrada desde el pasado año, salió una veintena de medicamentos, entre los que se encontraba el antidepresivo Paxil, el Avandamet para la diabetes y el Kitryl contra las náuseas. No obstante, no hay evidencias de que las personas tratadas con dichos medicamentos sufrieran daño alguno. Desde la empresa descartaron que esos medicamentos adulterados hayan llegado alguna vez a España, donde la compañía dispone de unas instalaciones en Burgos.
Tras la sanción, la empleada despedida tiene derecho a solicitar una compensación próxima al 12% del total de la multa. Estados Unidos premia a los individuos entidades que denuncian y aportan pruebas de fraude, los conocidos como "chivatos", que sacan a la luz irregularidades de las compañías en las que trabajan.
Un riesgo evitable
"Los medicamentos adulterados minan la integridad del proceso de aprobación que sigue la agencia del medicamento (FDA en sus siglas en inglés)", dijo Tony West, del Departamento de Justicia. Además, reiteró que la comercialización de medicamentos que no cumplen las estándares de calidad pueden poner potencialmente en riesgo la saud de los pacientes que los consumen.
La fiscalía en Boston, donde se cursó la demanda original, cree que la sanción será vital para obligar a las compañías a respetar las reglas. El año pasado la empresa Pfizer tuvo que abonar una multa récord de casi 1.700 millones de euros por comercializar medicamentos que no estaban autorizados por la FDA. La multa impuesta a GSK supone la cuarta mayor multa de la historia.